Hombre y mujer de deseo
El primer principio de la Orden Martinista que cultivamos es el deseo. En ningún arte temporal, ningún operario jamás venció, sin una asiduidad, un trabajo y una continuidad de esfuerzos para llegar a conocer las diferentes partes del arte que se propone abrazar. Sería, por tanto, inútil pensar que se puede llegar a la sabiduría …