La mejor práctica para elevar la consciencia espiritual es realizar acciones de buena voluntad. Esta es la forma de llevar a El Reino los ideales, principios y ampliaciones de consciencia que decimos compartir. La consciencia espiritual se eleva en el quehacer diario, en los pequeños detalles, en los modestos trabajos, en las sencillas actitudes de amor y comprensión hacia los demás.
Podemos hacer los mismos trabajos o actividades que el común de las personas. La diferencia está en la actitud. Esto es lo que transforma una acción común en un trabajo espiritual.
Somos seres espirituales que encarnamos en este mundo físico precisamente para efectuar acciones físicas, y para aprender y adquirir experiencia con sus realizaciones. En la época que nos ha tocado actuar es particularmente importante tomar consciencia de esto. En estos tiempos es más fácil que nunca olvidar el propósito esencial de la vida y quedarse en el mundo material, haciendo quizá muchas cosas, acumulando bienes y tener una vida muy pobre, espiritualmente hablando.
No basta tener muchos conocimientos, orar o meditar mucho, si no hay un verdadero cambio interno.
Serval