El silencio en metafísica

Todos los grandes trabajos de los Dioses son silenciosos. No se hacen en medio del redoble de toques de tambor ni del brillo de trompetas. Las luces en la forma en que viajan no producen ruidos, no articulan sonidos al oído. La creación es un proceso silencioso; la naturaleza se levanta bajo la mano del Todopoderoso sin producir sonido, clamor, ni ruidos que distraigan, y molesten.

Andrés Martín Fairbain

1. Introducción

Si te sumerges en silencio, en cada uno de los puntos que te entrega este tema, comprenderás por qué esta virtud ha sido valorada en el mundo espiritual de algunas culturas.

Aprenderás el dominio que hay que tener sobre él en todos nuestros planos de manifestación y podrás observar como la conjugación del verbo hermético Callar nos puede ser útil para silenciarnos.

Al mantener en silencio nuestros planos de manifestación lograremos encontrar ese estado ideal de armonía donde podremos percibir la nota particular que nos hace sintonizar con las verdades del universo.

La disciplina del silencio nos llevará a manejarnos a nivel práctico en la magia cotidiana con mayor seguridad y eficiencia. Y en las relaciones humanas conoceremos por qué es necesario aplicar el silencio y la discreción.

Los invito a acallar sus sentidos, emociones y pensamientos para conocer la magias del silencio Metafísico y Físico.

2. La importancia del silencio en las culturas

En todas las culturas los ritos del silencio dan paso a la calma de la existencia. La meditación budista, la hesicasta, la cristiana o la contemplativa Zen son sólo algunos ejemplos de la búsqueda del ser humano por apartarse del ruido de la existencia. El silencio es una forma para encontrarse con un ser interior que nos lleve a la trascendencia.

Los druidas paseaban por los claros del bosque escuchando el silencio de los árboles que los guiaban.

Los chamanes cambian, mediante la ingesta de las sustancias sagradas, el sonido de la selva metamorfoseándolo en música para su alma. Lejos de ellos, en el Tíbet, todavía hoy los monjes budistas se pueden permitir el lujo de retirarse al interior de una cueva donde el único testigo que les acompaña es la reiteración acústica de gotas de humedad que se desprenden del techo.

Los místicos afirman que basta el sonido de la respiración para perderse en un universo de sensaciones. Pero, al parecer, al común de las personas el silencio nos da miedo. Sin embargo, terapeutas como Wilber y Chopra, buscadores de una nueva cartografía del cerebro, recomiendan que al menos destinemos cinco minutos al día a silenciar nuestra existencia. Esto desde luego no es algo nuevo. Ellos lo han recogido de tradiciones antiguas que se han adaptado a los nuevos tiempos.

En todas estas culturas el silencio ha sido una máxima a seguir, es decir, el «apartarse del mundanal ruido». El motivo era muy simple, cuando el místico se recogía en el silencio, duplicaba su capacidad de observación, potenciaba la percepción del entorno y no tenía elementos perturbadores que le distrajeran de conocer su auténtica identidad.

3. El Silencio en los diferentes niveles del ser

Se necesita acallar todos los ruidos de los niveles inferiores para oír la voz del Espíritu.

Tres formas hay de silencio, el primero es de palabras, el segundo de deseos y el tercero de pensamientos. En el primero, de palabras, se alcanza la virtud; en el segundo, de deseos, se consigue la quietud; en el tercero, de pensamientos, el recogimiento interior. No hablando, no deseando ni pensando, se llega al verdadero y perfecto silencio místico, en el cual habla el Ser Espiritual con el alma, se comunica y le enseña en su más íntimo fondo la más perfecta soledad y alta sabiduría.

Silencio en tu mundo físico

Cuando somos capaces de entender que el silencio no es malo y que el hecho de permanecer sin hablar no dificultará la continuidad de nuestra existencia, es cuando abrimos la puerta a un nuevo estado del ser. El silencio nos ayuda a detener por un momento la velocidad que imprimimos en nuestra vida. Cuando se produce el silencio consciente, cuerpo y mente se relajan y se reduce el ritmo respiratorio y baja ligeramente el cardiaco.

Acallar el ruido externo

El encanto del silencio no se encuentra al dejar de hablar, ni al quedarnos quietos como una estatua. Se trata de permanecer en la cotidianidad relegando pequeños espacios de tiempo a nosotros mismos. Al principio nos costará dejar de utilizar la televisión o la radio mientras nos duchamos, pero después nos daremos cuenta que este acto higiénico posee un sonido propio. Buscaremos pues la conciencia de sentir el agua cayendo por nuestra piel y el roce de nuestras manos aplicando la limpieza.

Clausuraremos al televisor o el equipo musical por un tiempo mientras comemos, y podremos descubrir el sonido de nuestras mandíbulas y el de nuestro esófago cuando los alimentos se desplazan por él. En una fase más avanzada, prestaremos atención a los sonidos de la noche y tumbados cómodamente en la cama, justo antes de dormir, con los ojos cerrados y totalmente a oscuras, guardaremos silencio observando nuestra respiración, al ritmo cardíaco y a los «crujidos» que sin lugar a dudas se producirán en nuestro entorno. Entonces nos daremos cuenta que paredes, techo y muebles también están «vivos».

Acallar el ruido interno

Para preservar los beneficios del silencio, los antiguos Maestros del Zen fomentaban el diálogo por el gesto. El gesto transmite ricos mensajes visuales. No es de extrañar que nos deleitemos observando el puro y silencioso arte de un Charlie Chaplin en sus antiguas películas mudas.

El aquietamiento y relajación de nuestros músculos nos lleva al silencio físico.

La conjugación de los verbos herméticos asociados al callar en el mundo físico nos dicen:

Querer Callar: El ser humano debe hacerse el hábito de acallar su cuerpo y querer voluntariamente mantener ese silencio cuando sea necesario.

Callar Querer: Para un manejo adecuado de nuestra personalidad es necesario que algunas de nuestras acciones sean meditadas antes de manifestarlas.

Recomendaciones que nos ayudan a silenciar el físico

• Mantener nuestro entorno en silencio.

• Eliminar expresiones corporales que denotan hábitos negativos.

• Relajarnos físicamente visualizando los músculos del cuerpo de pies a cabeza totalmente relajados.

• Practicas de disciplinas como el Tai Chi, el Yoga y la Biodanza ayudan a silenciar el plano físico.

• Hablemos lo justo y necesario, no demos explicaciones innecesarias.

• Si nos cuesta callar busquemos símbolos, objetos o expresiones que nos recuerden que debemos guardar silencio. Ej. Cruzar los dedos de la mano derecha, rascarse la mano u otros.

Silencio en tu mundo emocional

En las relaciones humanas son frecuentes (y sanos) los desacuerdos; desafortunadamente esas diferencias en ocasiones llevan a discusiones inútiles que luego desembocan en pleitos que ponen en riesgo la estabilidad de la relación.

En el transcurso de cualquier discusión —y muchas veces con el sólo propósito de «ganar»— se usan argumentos cada vez más agresivos que lo único que provocan son respuestas del mismo tipo y las cosas se salen de control; pero si uno de los dos tiene la cordura suficiente para permanecer callado y dejar que el otro se desahogue, lo más seguro es que la situación se pueda volver a tratar posteriormente e incluso se pueda aprender de ella.

Una vez que las pronunciaste, ya no hay manera de recoger las palabras; posteriormente podrás dar explicaciones u ofrecer disculpas, pero las consecuencias de una palabra mal dicha ya no se pueden detener, es como romper un cristal, se puede volver a pegar, pero jamás volverá a quedar como en su estado original. (1)

La receta es muy simple: Si te comienzas a enojar, ¡cállate! Recuerda que el que se enoja, pierde. Siempre habrá tiempo de aclarar las cosas y no tendrás que arrepentirte de lo que no dijiste.

La conjugación de los verbos herméticos asociados al callar en el mundo emocional nos dicen:

Osar Callar: Hay que tener la voluntad y la fuerza interna para dominar nuestras palabras.

Callar Osar: Nuestros impulsos deben ser manejados sabiamente, las palabras hirientes muchas veces aparecen por las impulsividad, acallar nuestros impulsos emocionales nos hará reflexionar sabiamente los hechos y luego hablar si es necesario.

Recomendaciones que nos ayudan a silenciar las emociones:

• La respiración rítmica es una gran ayuda para evitar el desborde emocional.

• Identificar las emociones que te invaden y luego desidentificarse de ellas diciendo “tengo una emoción de…. pero yo no soy esa emoción”.

• Contar hasta 10 antes de emitir palabras.

• Aplicar algunas normas para ganarse la confianza de otros sugeridas en el libro “Código de Éxito” de Sergio Valdivia:

o El único medio de salir ganando en una discusión es evitándola.

o Demuestra respeto por las opiniones ajenas. No le digas al otro que se equivoca.

o Permite que tu interlocutor salve su honor y su prestigio.

o Nunca critiques.

o Trata honradamente de ver las cosas desde el punto de vista ajeno.

o Llama indirectamente la atención sobre los errores del otro.

Silencio en tu mundo Mental

Quien habla mucho piensa poco, piensa con ligereza y de manera superficial. Hay que tener en cuenta que no se llega a sintonizar con la verdad con muchas palabras ni con discusiones superfluas y de poco contenido, sino más bien con el estudio, la reflexión y la meditación silenciosa.

Por consiguiente, aprender a callar es aprender a pensar y por ende a meditar. Así de esta manera lo que se llama la «Disciplina del Silencio» ya desde los albores de la antigüedad tenia una gran importancia. Ya en la escuela pitagórica a ninguno de los alumnos se les permitía hablar, de manera total, bajo ningún pretexto antes de que hubiesen transcurrido tres años de su noviciado. (2)

El arte del silencio es pues un arte difícil y complejo, que no solamente consiste en callar de manera exterior sino que se hace completo y vivificador con el silencio interior del pensamiento. Debemos comprender que la verdad se nos aparecerá limpia y pura y de manera íntima revelada a nuestra conSciencia, cuando aprendamos a acallar el pensamiento.

Para lograrlo se necesita silenciar la mente, alejarla de preocupaciones respecto al pasado o futuro y estar simplemente concentrado en el momento presente. De esa forma se canaliza la energía de las ideas y se obtiene mejor rendimiento.

La conjugación de los verbos herméticos asociados al callar en el mundo mental nos dicen:

Saber Callar: Dominar nuestras palabras no es tarea fácil, hay momentos en que no es sabio que digamos lo que pensamos o lo que se nos ha confidenciado.

Callar el Saber: Una persona sabia aprende que las enseñanzas no son iguales para todos y que deben ser entregadas a los que están preparados para recibirlas.

Más sugerencias para silenciar la mente

• Acallar todo pensamiento negativo, derrotista, dudoso, ambiguo, agresivo. Se combate con una evaluación constante.

• Cada vez que nos afrentemos con pensamientos inadecuados preguntémonos: ¿por qué lo estamos viendo de esa manera? ¿cómo manejarlos y mejorarlos?

• Separa un tiempo cada día (10 o 15 minutos) para ejercitar la introspección y el pensamiento consciente.

o Genera pensamientos positivos acerca de ti mismo. Por ejemplo: estoy en paz, me siento relajado, etc.

o Mantén tales pensamientos en tu mente y visualízate como una persona pacífica, relajada y tranquila.

o Sé consciente de la idea, mantenla en tu mente y que no se pelee con otros pensamientos que vengan para distraerte. Tan solo déjalos pasar y retorna a la imagen creada.

o Visualízate así en tus relaciones y circunstancias normales, por ejemplo, mostrándote consciente, claro y positivo en todas tus respuestas.

o Termina el ejercicio cerrando los ojos por algunos instantes e incorporando esta actitud positiva para el día.

El silencio no se hace automáticamente en el ser humano. Es un proceso. Hoy necesitamos, precisamente, del recogimiento. El recogimiento es la victoria de la unidad en el fondo del alma… El silencio esencial (de un hombre ‘recogido’) surge, casi siempre, sólo al cabo de una vida larga y muy probada. Cuando tenemos ante nosotros a uno de esos “callados ancianos”, presentimos una nueva posibilidad de ser, una gran dicha y un tesoro escondido.

Esos hombres han tocado el fondo, donde han liberado lo esencial, lo que es independiente de toda circunstancia externa, lo que doquiera y en todo tiempo está presente, así en el dolor como el gozo.

En el silencio, con los ojos bien abiertos y admirativos, había de recorrerse el paisaje del ser. La plenitud de la autenticidad no se le abre al humano que no realice el silencio que todo lo envuelva, que no sepa hacer de la cortesía y del miramiento para con todos los seres, su actitud esencial. Esta actitud distinguida, de que carecen tanto los individuos de la sociedad actual, es la propia de una persona que a nadie ni nada infiere violencia o sufrimiento. En este ‘callado desprendimiento’ se abre la realidad al hombre.

Por analogía, podemos observar como todo artista, científico o pensador necesita desplegar en su interior un gran silencio para poder generar percepciones, ideas e intuiciones. La vida crece silenciosamente en el oscuro seno de la tierra y en el silencioso seno de la madre. La primavera es una inmensa explosión, pero una explosión silenciosa.

5. La importancia del Silencio en un trabajo mágico

A nivel práctico, si se realiza un trabajo mágico y construyendo formas en materia sutil, el secreto y el silencio son esenciales para no romper las tensiones psíquicas.

La magia existe desde siempre, y es una actividad del ser humano que le resulta innata, si bien en los últimos tiempos hemos olvidado las raíces de su practica. Todos hacemos un poco de magia en nuestra vida diaria cuando intentamos modificar tanto la actitud de las personas de nuestro entorno, como nuestra actitud misma ante los retos planteados. Por tanto, debe entenderse como una actividad que, en último término, tiene como finalidad el propio conocimiento, y la elevación espiritual hasta los planos superiores de la consciencia, para llegar a ser algo más que humanos.

Usando nuestra mente como un instrumento y con el apoyo de los auxiliares invisibles, podemos hacer transformaciones en nosotros y de las condiciones que nos rodean. A esto llamamos magia y se le define normalmente como “el arte de operar con las fuerzas invisibles de la naturaleza”.

Para que nuestros actos mágicos tengan un efecto benéfico, es fundamental el dominio del silencio en cada uno de nuestros planos. El trabajo mágico es un aquietamiento y concentración de nuestras energías por medio de nuestra voluntad, la cual actúa como un receptor de las energías invisibles que hacen posible todo lo manifiesto en este plano material.

Si lo llevamos a una analogía con uno de los símbolos asociados a la esfera del Entendimiento del Árbol de La vida —La Copa— podemos observar que el receptáculo que representa dicha copa está destinado a dar forma a una nueva creación, para ello la copa debe estar vacía; el silencio es el vacío que permite sintonizar con la energía que proviene de esfera de La Sabiduría. Sin ese silencio no se puede manejar esas fuerzas y menos darle la forma adecuada.

A nivel práctico, si no tenemos nuestros cuerpos de la personalidad alineados no podremos sintonizar con nuestros cuerpos sutiles y ser receptáculos de creaciones favorables a nuestro entorno. Sin ese silencio interno es probable que sintonicemos con la chatarra astral y demos creación a formas que obstaculizan nuestro crecimiento espiritual.

El secreto es otro elemento de gran importancia para el aprendiz de mago. Al cultivar el silencio y sintonizar con las energías de la naturaleza se nos revelarán algunas verdades y herramientas que no pueden ser usadas por personas que no han forjado su personalidad. Dichos conocimientos podrían ocasiones un gran daño a quien no esté preparado y es necesario manejar la discreción para no revelarlos.

Es deber de iniciado construir formas mentales adecuadas para su bienestar físico, emocional y mental. Incluso, preparar la actividad mental para que desciendan las fuerzas divinas en cada uno de nosotros, armar el templo para que los dioses regresen. Si sabemos hacerlo, esto ocurrirá, y producirá un cambio milagroso en la vida del operador.

El silencio, la calma y el recato, liberan lo auténtico de las cosas. Alumbran las cosas desde dentro.

6. Secreto y silencio en la vida grupal y cotidiana

Decía un escritor que los silencios tienen algo de aristocrático que dignifican las relaciones humanas; y que en cambio la palabrería inútil envilece a todos aquellos que están inmersos en ella.

Hablar es una actividad propia de los seres humanos. Y no sólo necesaria sino también buena. A través de las palabras se crean afectos y muchos problemas se desvanecen por el mero hecho de verbalizarlos. Desgraciadamente olvidamos que es en su contrapunto, el silencio, donde la palabra adquiere su peso específico. En la vida son necesarios los silencios, porque a veces no es oportuno ni necesario hablar.

Realmente sin un control de la palabra se hace difícil salvaguardar la propia intimidad y no inmiscuirse en la de los otros.

Una regla fundamental de la convivencia es tratar siempre de decir cosas positivas de los demás, hablar como si estuviesen presentes, dejar de lado la crítica. Si criticamos a alguien lo más probable es que se sienta agredido. Comencemos por reconocer nuestros propios errores y si es necesario llamar la atención lo podemos hacer de manera indirecta: “quizás sería mejor hacerlo de esta forma…” “una vez lo hice así y tuve buenos resultados…”, “¿has probado este otro sistema…?”

Es cierto que existen personas que tienen el don de evitar cualquier palabra que pueda distorsionar la convivencia; pero también hay personas que son inoportunas; que siempre llevan en la boca lo que puede molestar, herir o hacer daño.

También debemos comprender que el derecho a la intimidad debería ser fuertemente inculcado a todas las personas. El sólo hecho de escuchar o ver algo no nos da el derecho de revelarlo a los cuatro vientos. El mantener discreción frente a toda situación nos hace personas dignas de confianza.

Esto me recuerda la labor que debe cumplir un secretario quien tiene gran relación con el secreto. En la antigüedad, secretario fue una de las maneras de designar al amigo. El secretario se relaciona con los secretos de su empleador, secretos con los que tiene que lidiar en su labor de todos los días. Esta relación con el secreto del superior impone un silencio al secretario; pero además lo convierte en un peligro. La fidelidad, entonces, se suma a las cualidades que se esperan de este peculiar servidor.

7. Conclusión

Desde que comencé a participar de esta escuela de iniciación una de las cosas que más atrajo mi atención fue el respeto por la palabra de los participantes de una reunión. Valoré mucho el dar un espacio de silencio para expresar nuestros pensamientos sin ser criticado. Pedir la palabra y tener la serenidad de esperar nuestro turno para hablar requiere un trabajo interno de paciencia y respeto por los pensamientos y creencias de las otras personas. Ahora es un hábito que llevo conmigo a todo lugar y me ha sido de mucha utilidad y lo seguirá siendo.

Como aspirante a iniciado, otra de las primeras disciplinas que tuve que aplicar constantemente en mi vida iniciática fue “el silencio”, un silencio físico, emocional y mental antes y durante cada ritual, no fue fácil aprenderlo e internalizarlo. Aún recuerdo como luchaba con mis cuerpos para alinearme ante cada reunión y como fui adquiriendo el hábito y disfrutando de la receptividad a las enseñanzas que he podido experimentar en nuestros templos. Sin conseguir el silencio interno nunca habría podido vivir revelaciones de los símbolos y parlamentos de un ritual.

La discreción frente a mis experiencias ritualísticas también llamó mucho mi atención, me preguntaba por qué debía ser tan secreto. Con el tiempo fui comprendiendo como cada uno de los pasos que debe vivenciar el iniciado al ser llevado a una ceremonia de iniciación no serían lo mismo si se conocieran con anticipación. Pude guardar los secretos y eso no sólo me ayudó en mi vida iniciática, sino que fui aprendiendo que en las relaciones humanas, en general, debía guardar discreción.

El tema me permitió apreciar con mayor claridad el por qué de dichas enseñanzas y como pueden ser de útil en la vida cotidiana para tener buenas relaciones humanas y cultivar el conocimiento interno. La receptividad y mesura que nos da el silencio nos permite equilibrar nuestros mundos internos y ser verdaderos receptores de la sabiduría universal. En la medida que el silencio permanezca por más tiempo en nuestras vidas mayor será nuestro acercamiento a los mundos sutiles donde podemos vibrar en esa nota intima que nos conecta con el conocimiento universal y con todos los seres que nos rodean. Podremos desarrollar ese pulso interno que nos hará decir lo necesario en el momento adecuado y escuchar las enseñanzas que nos revela el universo por sus diferentes vías.

He podido reflexionar que el poder del pensamiento de un iniciado debe tomarse con seriedad. Nuestra formación iniciática nos permite generar con gran facilidad formas mentales y debemos ser responsables de ellas. Seamos copas de silencio que dejen fluir el agua de la sabiduría dando forma a creaciones altruistas.

Recopilación hecha por Hna. Atenea. S.I. Orden Martinista. RC.

Septiembre 2002

Revisado por Serval en Agosto 2018

Notas de Serval

(1) Sin embargo, si bien las cicatrices o fracturas no se pueden borrar, sí se les puede dar un nuevo significado. Pasan a ser una experiencia muy valiosa si sabemos perdonar y perdonarnos, y estar dispuestos a comenzar de nuevo y mejor.

Este artículo lo publiqué hace un tiempo relacionado con el tema de la Programación Neurolingüística:

Cicatrices

Hay una grieta en todo, así es como entra la luz
― Leonard Cohen

Parece que a muchos nos gustara sufrir. Toma un tiempo aprender a tomar la vida con más serenidad y sabiduría. Como los seres humanos no nacemos sabios, sino que somos seres en constante desarrollo psicoevolutivo, es inevitable cometer errores mientras se va aprendiendo. Cada cierto tiempo algo se romperá. Entonces, lo común es decir con actitud fatalista que ya nada será igual, que las roturas o cicatrices no se pueden ocultar, que el daño es irreparable.

También ocurre lo mismo con las arrugas que se forman con la edad. Muchas personas hacen lo imposible por ocultarlas. Los fabricantes de cosméticos las llaman eufemísticamente “líneas de expresión”.

Aunque en un sentido distinto, prefiero esta última expresión. Las experiencias del pasado si bien no se pueden olvidar ni anular, sí se pueden resignificar. Podemos darle el sentido de experiencia, aprendizaje, humildad y serenidad ante la vida.

Las arrugas y las cicatrices de la vida solamente pueden existir en quienes se han atrevido a vivir y a actuar, entre quienes se la han jugado por sentir y experimentar.

Imagino que los robots y los maniquíes plásticos tienen muchas menos cicatrices que los humanos.

Entonces, estoy orgulloso de arrugas y cicatrices. Y sí que se pueden reparar. Es más, se pueden transformar en arte y belleza. Me demuestran que estoy vivo, que crezco, que aprendo, que sigo teniendo fe en la vida y en el futuro, que puedo caerme y puedo levantarme otra vez.

Los objetos o el ánimo rotos sí pueden ser reparados. Y sí pueden tener una nueva vida.

El kintsugi es la práctica japonesa de reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Así, al poner de manifiesto su transformación, las cicatrices embellecen el objeto. 

(2) Esta disciplina del silencio tal vez fue apropiada en la Grecia Antigua. En esta época es necesario que el discípulo se desenvuelva en la sociedad en la que le tocó vivir y por lo tanto, no se le puede exigir un silencio total. Es un proceso dinámico según las circunstancias. Es más difícil, pero se puede.

Bibliografía

• Artículo “La Voz del Silencio” http://www.internetarcano.org/Triangulos/btri_131_2000.htm

• Articulo “El silencio” por: Yasin Casado http://www.webislam.com/00_5/Articulos%2000_5/Silencio.htm

• Articulo “El Poder del Silencio” por: James H. Austin

http://www.teosofia.com/silencio.html

• Artículo “Saber Callar” por: Guevara Guevara Domínguez

http://www.kiosco.com.mx/main/Sem/edit/Archivos/ArchMost/435DelMost.html

• Artículo “El secreto y la discreción” por: Jose Luis Doménech

http://www.ciudadfutura.com/camelot/secreto.htm.

• Artículo “El Encanto del Silencio” por: Pedro Palao Pons

http://www.mifuturo.com/biblioteca/mundo3.asp

• Libro “La magia, el mago y el magisterios” por: Serval, Prometeo, Adonai y Sol.

• Libro Código de Éxito de Sergio Valdivia

• Técnicas de Éxito seguro de Sergio Valdivia

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